Un nuevo hogar...

Leah corria a una velocidad impresionante y me agarre con fuerza a su pelo, por que me resbalaba.
Tras unos minutos largos corriendo, la loba se paro. Abri los ojos y vi una enorme y hermosa casa.
- Valla..- fue lo unico que pude decir.

Estaba dentro de casa mientras colocaba ropa en el armario de la habitación de Emmett y mía cuando un olor llegó hasta mi nariz.
La arrugué un poco y me asomé a la ventana aver de quien se trataba.
Era un lobo con una niña encima, me asombré tanto que ni pensé en bajar a ver de que se trataba.
Ese lobo era muy peculiar, su pelaje era el de Leah, asique antes de bajar cogí un vestido que tenía encima de una mesa para bajárselo para que cuando se transformara tuviera algo con lo que taparse.
Abrí la puerta de la casa y vi mas de cerca aquella niña. Era una niña preciosa, tendría la edad de 2 o 3 años.
Me acerqué a Leah y a la niña.

-Hola-dije a la pequeña y la sonreí. Algo en mi interior se despertó, no pude reprimir el sentimiento, la acaricié la mejilla y la cogí en brazos mientras la seguía sonriendo.

Luego miré a Leah y la sonreí.

-Te he bajado esto-dije mientras extendía el brazo y le enseñaba el vestido-Para cuando cambies de forma y no estes.... ya sabes-dije mientras todavía sujetaba a la niña en un brazo, realmente no pesaba nada.

Oi los pasos de alguien dentro de la casa. Unos segundos despues, una chica hermosa salio, era rubia, alta y palida; se acerco a nosotras, me sonrio, me acaricio de la mejilla y me cogio en brazos. Le devolvi la sonrisa, me encantaba estar en los brazos de esa chica, me sentia mas segura, como cuando estaba con Leah, tenia la intuicion de que no me podria pasar nada malo con ellas.
- Hola..- susurre

Miré de nuevo a aquella niña y esperé a que Leah cambiara su forma de nuevo a humana para hablar conmigo de esta niña.

-¿Cómo te llamas pequeña?-pregunté con un tono de voz que no solía ser el mío; solía ser mas borde, pero al hablar con esta niña se me dulcificó la voz. Me trasmitía mucha tranquilidad y cariño.

- Judith...-dije mientras jugaba con un mechon de su pelo.
Mire un momento el vestido que le dio a Leah y me quede un poco confusa.
- Por que le as dado un vestido a la lobita??- pregunte con curiosidad

Jugó con un mechón de mi pelo y eso me hizo reír yla miré cariñosamente.
Ella tenía un olor un poco extraño pero muy agradable y además su piel era muy parecía a la mia, no podía ser una niña inmortal, pero tampoco era humana... era un poco extraño todo eso.
Mire a Judith y luego a Leah.

-Ella en verdad es una persona como tu y yo, solo que cuando quiere se puede transformar en loba.-la dije mientras la aupaba mejor y la colocaba en mi cadera para que ella también se sintiera más comoda.

Abri los ojos impresionada y mire a la loba.
- Por eso es tan grande no??- pregunte

-Si, una de las características de la gente como ella es que son lobos muy grandes-la dije mientras la acariciaba la mejillita.

Era realmente una niña muy guapa, con unas manitas pequeñas, esa carita de ángel... sentí que la tenía que proteger, esperaba que el que me la trajera Leah no significara que estaba en problemas.

-¿Cúantos años tienes cielo?

- Mm... creo que un año y medio, pero siempre me an dicho que parecia mas mayor- dije pensativa

Vi como la loba se iva al bosque. Me quede mirando por donde se fue y me quede impresionada cuando en su lugar volvio una chica alta, de piel morena, delgada, ojos oscuros.
- Encantada-le respondi

¿Tan solo un añito? Pero si parecía más mayor, además de que sabía hablar perfectamente y parecía muy inteligente.
Escuché lo que dijo Leah cuando regresó de cambiarse y pese a ser una loba la sonreí amablemente. La verdad es que nuestro carácter se parecía mucho y esperaba poder congenial bien con ella algún día; aunque muchos lobos nos odiaban, pero bueno...
Miré a Judith.

-¿Es cierto eso?¿Qué te has escapado del orfanato?-dije mientras la miraba.

Baje la mirada por su pregunta.
- No me gustaba, y nadie me echa de menos-dije un poco seca, mire a Rosalia- Por favor, no me lleves otra vez alli- le pedi.

Miré a la pequeña y su reacción.
Lo sentí por ella, si pudiera aver llorado seguramente me hubiera salido alguna lágrima; sin dudarlo la abracé con fuerza hasta que nuestras mejillas se rozaron.

-No te preocupes cariño, si no quieres no te llevaré de vuelta. Yo podría cuidarte si quieres-la dije después mientras la miraba esos dulces ojos.

Esperaba que su respuesta fuera afirmativa, aunque no sabía si ella podía confiar en mi.
A mi familia no le importaría para nada, además, ese instinto maternal había aflorado en mi con más fuerza de la que esperaba.

Me dio un fuerte abrazo, al que respondi. Oi lo que me dijo y sonrei ampliamente.
- Puedo quedarme aqui?? de verdad??-pregunte muy feliz- Gracias!!-dije mientras le daba otro abrazo

Me devolvió el abrazo al oír la noticia que parece que la alegró muchísimo.
Tenía tantas ganas de contárselo a mi familia, no podía esperar... podría convertirme en mamá, aunque claro, se lo tendría que preguntar a Judith si quería que fuera su mamá...
Miré a Leah y por primera vez en mi vida me sentí agusto con ella, parecía totalmente sincera y yo también deseaba llevarme bien.

-Ojalá nuestras familias se llevaran bien, han pasado ya muchos años y nos conocemos bastante bien-la dije con una sonrisa.

Luego ante su pregunta miré de nuevo a la niña que seguía sosteniendo.

-Esta niña es una monada, me encanta y espereo encantarla a ella. ¿La encontraste en el bosque? Y ante tu pregunta de que es, no lo se bien. Los híbridos son muy extraños, quiero decir que no se han dado muchos casos, al menos que yo conozca y Carlisle no ha comentado nada al respecto. Pero no es una niña inmortal proque su corazón late, por sus venas corre sangre fresca.-luego miré a Leah con la mirada un poco nerviosa. No sabía muy bien que sería aquella niña, lo que si sabía era que no era para nada algo malo, lo presentía.

- Que es una hibrida??- pregunte con curiosidad

Miré a Judith y me puse un poco seria para explicárselo para que ella lo entendiera.

-Mira, mi familia y yo somos vampiros. Nosotros nos alimentamos de sangre, animal, por supuesto-dije mirando a Leah y sonreí un poco-y somos inmortales y no cambiamos de forma. Hay algunos casos, según nos contó Carlisle, que se puede dar el caso que si un vampiro y una humana pueden dar a una híbrida, osea, una mezcla de los dos

-Yo puedo oler tu efluvio como el de Leah, por eso sé que ella es una loba, pero tu eres diferente, hueles como mi familia pero también a humano, hueles muy bien y es extraño el color de tu piel, el que crezcas tan rápido, pero también sorprende que tu corazón lata, ya que a los vampiros no les late el corazón-le dije y le puse su manita en mi pecho para que comprobara que mi corazón no la tía y luego coloqué su mano en su pecho para que comprobara que su corazón si.

-Pero a mi no me importa lo que seas cariño, te cuidaré de todas formas-miré a Leah-¿Tñu sabes algo sobre los híbridos Leah?

Sonrei a Leah.
- Vendras a verme no??- le pregunte, en el poco tiempo le habia cogido mucho cariño y me daba pena que se fuese.
Oi lo que Rosalie empezo a decir de los hibridos y me quede con toda la informacion en mi mente.
- Entonces... los otros niños tenian razon, soi diferente no??- susurre

-Por supuesto que Leah vendrá a verte cuando quiera, las puertas de casa están abiertas para ella-la dije a Leah y la sonreí con cariño.

Luego volví a mirar a Judith.

-Eres diferente a esos niños, si, pero eres realmente muy especial-la dije mientras la daba un tierno besito-Leah y yo también somos diferentes-dije sonriendo también a Leah.

Sonrei por aquellas palabras, ya no era la unica diferente.
- Cuantos son en la familia??- pregunte recordando que alli viviria mas gente

Observé a Leah, el cariño que había tomado con la niña y me alegró saber que también la cuidará genial.

-En la familia somos Carlisle y Esme, son mis padres, y luego tengo a mis hermanos Edward, Alice y Jasper y mi marido Emmett-sonreía al pensar en cada uno de ellos, en especial a mi querido Emmett.

Me mordí el labio inferior, tendría que hacer una pregunta a la pequeña Judith y no sabría comom iba a responder. Pero bueno, era Rosalie, asique me armé del valor y carácter que me caracterizaba y cogí aire para preguntarla.

-Ya que vas a vivir con nuestra familia-comencé-Si quieres, podría adoptarte como mi hija. Te prometería que sería una buena madre cielo-la dije tranquilamente y miré a Leah. No sabía si había hecho bien o no al decirla eso, pedí ayuda a Leah con la mirada.